Días de reencuentros, de citas y de comidas con los amigos. Días de tirar de la agenda. Momentos, para muchos, para ponerse al día. Llegan a nuestro correo mensajes, preguntas, apreciaciones y advertencias de todo tipo. La psicología del inversor, sus miedos y sus ciclotimias, quedan plasmadas en unos cuantos párrafos. "¿Cómo ves la Bolsa?", me escribe un gran amigo, "a mí me da no sé qué, como pequeños escalofríos. Tengo miedo a la hora de comprar, pero no vendo. Miedo, porque los valores emblemáticos, los que cuentan con buenos mimbres, con buenas estructuras ya han subido mucho, quizá más de lo deseable. Miedo, porque del resto de los valores no me fío. Pero tampoco vendo, convencido, como estoy, de que la Economía Global no tirará lo suficiente (Luis de Guindos ya nos ha advertido de que vienen trimestres difíciles, y Luis de Guindos, a mi entender, sabe mucho de estas cosas) y permitirá un escenario de tipos 0 durante mucho tiempo. El ahorro, así, está jodido. Los ahorradores de siempre estamos atrapados en las jaulas de oro de los bancos centrales. Tengo miedo a comprar, tengo miedo a vender y la liquidez, como a todos, me cuesta dinero".
Le remito, a esta gran amigo, dos referencias contrapuestas, que explican el aquí y ahora de los mercados:
Son buenos tiempos para el mercado de valores en estos momentos. Pero, y como siempre sucede, algunos predicen que se avecinan problemas. No compre esas advertencias de precaución dice Raymond Ferrara, presidente y director general de ProVise Management Group.
"Recientemente, los osos incluso han hablado de un descenso del 20%, lo que califican como un mercado bajista de verdad. Algunos incluso están sugiriendo que es posible un descenso del 50%. Casi todo es posible, pero la pregunta es ¿cuál es la probabilidad?" dice Ferrara."Dadas las sólidas ganancias del segundo trimestre de las empresas, así como un crecimiento económico decente, un descenso del 50% es altamente improbable en cualquier momento de los próximos años. Podemos visualizar un descenso del 20%, pero si ocurriera sería más probable que fuera como consecuencia de los acontecimientos geopolíticos en lugar de por fundamentos económicos", dice Ferrara.